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Los nombres chinos de marcas extranjeras de coches: ingenio, creatividad y alguna que otra risa

Actualizado: 22 ene


Hablar de coches extranjeros en China es como abrir un baúl lleno de sorpresas lingüísticas. Aunque las marcas que conocemos y amamos (o deseamos) suelen tener nombres bien establecidos en sus países de origen, al llegar a China muchas veces reciben una renovación lingüística que busca encajar en el mercado local. Porque, seamos honestos, en el gigante asiático no basta con sonar bien; un nombre debe contar una historia, transmitir algo positivo, o al menos no terminar siendo un chiste involuntario.

¡Ponte el cinturón! Vamos a dar un paseo entre los nombres chinos de las marcas de coches más curiosos y divertidos.


Un motor de coche de lujo
Pisa el acelerador, que empieza el artículo


Una lluvia de creatividad sobre ruedas


Cuando las marcas extranjeras aterrizan en China, sus nombres se adaptan con mucho cuidado. No solo deben sonar similar al nombre original, sino que también tienen que incorporar caracteres chinos que aporten un significado positivo. Y aquí es donde empieza la magia.




Un coche BMW visto desde frente
BMW es un gran ejemplo de nombre de marca

Por ejemplo, BMW se conoce en China como 宝马 (Bǎomǎ), que literalmente significa “Caballo precioso”. Es elegante, rápido y lleno de clase, justo lo que evoca la marca alemana. Mercedes-Benz no se queda atrás, con su nombre chino 奔驰 (Bēnchí), que se traduce como “Galopará a gran velocidad”. Si cierras los ojos, casi puedes imaginarte cruzando un horizonte infinito en uno de esos coches.




Un coche rojo Volkswagen escarabajo visto desde el frnete
El coche del pueblo

Toyota opta por un enfoque más terrenal con 丰田 (Fēngtián), que significa “Campos abundantes”. Es un guiño a la sostenibilidad y la fiabilidad de sus coches. Y luego está Volkswagen, que eligió 大众 (Dàzhòng), o “El pueblo”, capturando perfectamente el espíritu democrático del “coche del pueblo”.



Pero los nombres no siempre son un éxito rotundo.


Chevrolet y el curioso caso de la “nieve pura”




Una camioneta Chevrolet azul
Camioneta Chevrolet

Uno de los nombres que más llama la atención es el de Chevrolet. En China, esta marca se conoce como 雪伦伊 (Xuělúnyī), que suena refinado y puede traducirse como “Nieve pura y elegante”. Hermoso en teoría, pero en la práctica, sugiere una imagen un poco desconectada de lo que muchos esperan de un coche: potencia, velocidad y robustez. También se asocia a la palabra “lento” (慢, màn), lo que no ayuda en absoluto.




Hombre enfadado porque su coche se atasca en la nieve
La nieve no se asocia a ir rápido en la carretera

El problema no es una similitud exacta con la palabra “lento” (慢, màn), sino más bien una asociación indirecta. En el idioma chino, donde la fonética y las asociaciones culturales son claves, algunos consumidores hicieron bromas sobre si un coche llamado “Nieve” podría transmitir una sensación de frialdad o lentitud en lugar de energía y dinamismo. Aunque estas percepciones no se basan en una conexión lingüística directa, el mercado chino, siempre sensible a los nombres, no perdonó del todo esta pequeña disonancia.


A pesar de estos comentarios, Chevrolet logró superar estas primeras impresiones con diseños sólidos y una buena estrategia de mercado. Al final, muchos consumidores aprendieron a apreciar el lado elegante y poético del nombre, viendo en “Xuělúnyī” un toque distintivo en un mar de nombres convencionales.


Historias entre botellas de baijiu




Nissan en una calle japonesa
Un Nissan en una calle japonesa

No todas las marcas logran un nombre chino perfecto a la primera. Dicen que algunos equipos de márketing, enfrentados a la tarea de encontrar un nombre impactante, recurrieron a largas sesiones de brainstorming acompañadas de baijiu, el famoso licor chino. Quizás esto explique por qué algunos nombres suenan más a poesía que a coches.

Por ejemplo, Nissan es conocido como 日产 (Rìchǎn), que significa “Producido en Japón”. Aunque práctico y directo, algunos consumidores bromearon con que el nombre era demasiado obvio: “¡Bueno, todos sabemos que es japonés, no hace falta que nos lo recuerden!”.


¿Ingenio o exageración?


Al final del día, los nombres chinos de las marcas extranjeras son un ejemplo fascinante de cómo la cultura y el márketing se entrelazan. Cada nombre es un intento por resonar con los valores locales: prosperidad, velocidad, lujo o sostenibilidad. Aunque algunos nombres provocan carcajadas o cejas levantadas, también son una parte encantadora de la globalización.


Así que, la próxima vez que veas un BMW en las calles de Shanghái, recuerda que no solo es un coche de lujo, sino también un “caballo precioso” galopando hacia el horizonte. Y eso, amigo mío, es pura poesía automovilística.



Aquí tenemos un extraño comercial de Volkswagen con caballos:



 
 
 

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